Introducción
El
estudio del tiempo siempre ha sido
relevante para las personas en general, y para la
ciencia en particular. Dentro del campo de
la psicología se ha abordado el tiempo desde cuatro
niveles (Laplanche,
1996 citado en Vásquez Echeverría, 2011).
El nivel I refiere al tiempo cosmológico o
el tiempo del mundo; el nivel II es el tiempo perceptivo
o
de la conciencia inmediata que poseen los seres vivientes
(temporalidad); el nivel III es el tiempo de la memoria y del
proyecto (o la temporalización en los seres humanos), alude al
tiempo subjetivo. Por último, el nivel IV considera al tiempo
de la historia, el tiempo de las sociedades o de la humanidad
(historicidad). El
presente trabajo se enfoca en el nivel III, el del tiempo
subjetivo. Se
expondrán los principales antecedentes del tema y luego se
hará referencia a los principales resultados de un proyecto de
investigación que se realiza en el marco de una beca doctoral
CONICET que se propone el estudio de la temporalidad subjetiva en
relación con variables sociodemográficas, de
personalidad y estados psicológicos (Germano, 2017).
Antecedentes
Existen
diversas aproximaciones al fenómeno del tiempo psicológico.
Al adentrarnos en su estudio es fundamental, en primer lugar, conocer
sus dos grandes áreas: la percepción objetiva del
tiempo y el tiempo subjetivo. Fraisse (1984) es quien diferencia
entre la dimensión objetiva del tiempo, es decir el tiempo que
realmente sucede, medido por un reloj, y la dimensión
subjetiva o psicológica, que se relaciona al interés
que el sujeto experimenta por la actividad ejercida. El tiempo
objetivo está relacionado con la capacidad de anticipar
situaciones futuras y planificar comportamientos (por ejemplo,
conductas de manejo, el cálculo del tiempo para llegar a
tiempo a una cita, y la planificación profesional). Por otro
lado, el tiempo subjetivo está relacionado con la forma en que
las personas perciben el paso del tiempo, es decir, lo corto o largo
o largo se percibe un determinado periodo. Dentro del tiempo
subjetivo se encuentra también la perspectiva temporal, que
incluye la actitud subjetiva desde la que una persona ve su situación
actual incluyendo su percepción del pasado y del futuro; y el
foco temporal, que refiere a la atención que las personas
prestan a cada dimensión del tiempo (Grondin, 2019). Este
trabajo se centra en el tiempo subjetivo.
Entre
los antecedentes más significativos del estudio del tiempo
subjetivo se encuentra la teoría desarrollada por James (1890)
que observó que cuando el tiempo se completa con muchas y
variadas experiencias parece corto, pero al mirar hacia atrás
parece largo; contrariamente, cuando el tiempo está vacío
de experiencias parece largo mientras está sucediendo, pero al
observarlo retrospectivamente resulta corto. Otro de los pilares del
estudio del tiempo subjetivo es el concepto de perspectiva temporal
de Lewin (1978). El autor planteó que tanto el pasado como el
futuro existen de manera simultánea en un mismo campo
psicológico en un momento determinado. Así, la
perspectiva temporal es la tendencia que tiene el sujeto a estar
ubicado en un marco temporal específico: pasado, presente o
futuro. Nuttin (1985) también utilizó el término
perspectiva temporal, pero la define como la distancia cognitiva
entre las metas y las experiencias vividas. Según el autor, el
pasado y el futuro influyen en cómo las personas se
desenvuelven en el presente.
Al
considerar la investigación del tiempo subjetivo, en la
segunda mitad del siglo XX crecieron las publicaciones en el área
dando lugar a numerosos intentos de operacionalizar diversos
constructos. Wessmann (1973) creó la escala Long
Term Personal Direction Scale
que fue y sigue siendo muy utilizada en el campo de la orientación
vocacional u orientación para la carrera. Por otro lado,
Nuttin y Lens (1980) desarrollaron el Método de Inducción
Motivacional que explora metas y temores frente al futuro y los ubica
en una escala temporal. En el mismo sentido, enfocándose
únicamente en el futuro, Zaleski (1996) propuso la Escala de
Ansiedad Futura, y Strathman y cols. (1994) desarrollaron la Escala
de Consideración de las Consecuencias Futuras. Estos
instrumentos se centran en una sola dimensión del tiempo
psicológico y, al ser unidimensionales, no logran captar cómo
se relacionan entre sí las diferentes dimensiones del tiempo,
cuestión que sí afrontan los estudios liderados por
Zimbardo que se abordarás a continuación.
Tomando
la teoría de Lewin como fundamento, Zimbardo y Boyd (1999,
2008) desarrollaron un cuestionario para evaluar la perspectiva
temporal que definieron como 'el proceso no consciente, a través
del cual el flujo de experiencias personales y sociales se en
categorías temporales que ayudan a dar orden, coherencia y
significado a esas experiencias' (Zimbardo & Boys, 1999 p.
1271). El cuestionario se llama Inventario de Perspectiva Temporal de
Zimbardo (ZTPI) y evalúa cinco marcos temporales que ayudan a
ordenar la experiencia y darles orden, coherencia y sentido a
nuestras vidas. Estas orientaciones temporales ejercen una
influencia dinámica en los juicios, decisiones y acciones
importantes que realizan las personas. La perspectiva temporal es un
proceso fundamental para el funcionamiento tanto individual como
social, y parece funcionar como un proceso relativamente estable a
nivel individual.
Las
cinco dimensiones de la perspectiva temporal son: pasado negativo,
que supone una actitud negativa y pesimista del pasado; pasado
positivo –que refleja una actitud feliz y nostálgica con
respecto al pasado; presente hedonista, que implica una actitud de
disfrute del momento actual sin evaluar las consecuencias; presente
fatalista, que supone una actitud de indefensión con respecto
a la vida en general; y futuro, entendido como la tendencia a
planificar metas a largo plazo (Zimbardo & Boyd, 1999). El ZTPI
fue adaptado para población de Buenos Aires, mostrando
evidencias aceptables de confiabilidad y validez (Brenlla et al.,
2019). Por otro lado, se desarrolló una versión
abreviada del ZTPI que también evidenció ser válida
y confiable (Germano & Brenlla, 2020).
Otra
de las conceptualizaciones que abarca las tres grandes dimensiones
del tiempo -pasado, presente y futuro- es el foco temporal que fue
definido por Shipp y cols. (2009) como 'la atención que
los individuos dedican a pensar en el pasado, el presente y el
futuro, y el concepto es importante porque afecta a la forma en que
las personas incorporan las percepciones sobre las experiencias
pasadas, las situaciones actuales y las expectativas futuras en sus
actitudes, cogniciones y comportamiento' (p.1). Este constructo
se enmarca dentro de la teoría sociocognitiva. Se refiere a un
aspecto cognitivo, el pensamiento sobre un tiempo determinado, y
afecta a las actitudes, las decisiones, los comportamientos, el
afecto y la motivación. Los autores desarrollaron la Escala de
Foco Temporal que evalúa tres dimensiones: el foco temporal
pasado, el foco temporal presente, y el foco temporal futuro. La
escala se encuentra adaptada en Argentina (Germano & Brenlla,
2022).
Los
estudios mostraron que el tiempo subjetivo se considera un aspecto de
la personalidad relacionado con muchas variables y que subyace a
otros procesos y dimensiones de la vida de las personas. Por ejemplo,
Oyanadel y Buela Casal (2010) concluyeron que la orientación
temporal balanceada se relaciona positivamente con la saluda,
mientras que un alto nivel de pasado negativo se relaciona de manera
negativa con la salud. Por otro lado, un reciente metaanálisis
puso de manifiesto existen 282 estudios empíricos que se
dedicaron a explorar la relación entre la perspectiva temporal
y diferentes aspectos incluidos en el proceso de autorregulación
(Baird, 2018). A su vez se ha demostrado que puede ser un importante
predictor de la satisfacción con la vida (Przepiorka &
Sobol-Kwapinska, 2018), la adaptación psicológica
(Marczak et al., 2020) y el malestar psicológico (Dany et al.,
2016; Germano & Brenlla, 2021). Estos antecedentes demuestran que
el tiempo subjetivo tiene consecuencias psicológicas y debe
ser estudiado en profundidad.
Relación
entre la perspectiva temporal y el autocontrol, y su impacto en el
malestar psicológico
Como
pudo observarse en los antecedentes, numerosos estudios empíricos
han demostrado la relación entre las variables de tiempo y
diferentes aspectos de la autorregulación, y también
entre el tiempo subjetivo y estados psicológicos. A
continuación, se expondrán algunos de los resultados
más significativos de un proyecto que se está llevando
a cabo en el marco de la línea de investigación
'Aspectos subjetivos y objetivos del procesamiento psicológico
del tiempo en adultos' dirigida por la Dra. María Elena
Brenlla en el Centro de Investigaciones de Psicología y
Psicopedagogía (CIPP) de la Universidad Católica
Argentina.
En
primer lugar, se realizó un estudio cuantitativo con diseño
no experimental, con alcance descriptivo y correlacional, de corte
transversal, cuyo principal objetivo fue evaluar las diferencias
individuales en Perspectiva Temporal (PT) y estudiar su relación
con el Autocontrol (AC) (Germano & Brenlla, 2019). Participaron
243 personas adultas entre los 18 y 60 años (70% de mujeres;
MEedad=27;
DE=11.95),
todos residentes de zonas urbanas de Buenos Aires. Participaron del
estudio entre marzo y noviembre de 2018. Completaron un cuestionario
de datos sociodemográficos, la adaptación argentina del
ZTPI (Brenlla et al., 2019), y la versión argentina de la
Escala breve de Autocontrol que evalúa el grado de AC que
presentan las personas (Garrido et al., 2018). El AC es una dimensión
ampliamente estudiada en la psicología por lo cual existen
diferentes definiciones. Este estudio considera que el AC es la
habilidad para reprimir o la práctica de represión de
reacciones impulsivas de un comportamiento, deseos o emociones
(American Psychological Association, 2009). Un bajo AC se relaciona
con la tendencia a elegir acciones que ofrezcan gratificación
inmediata; preferencia por tareas simples, conductas arriesgadas, por
actividades físicas y no mentales; y una mínima
tolerancia a la frustración, es decir una alta tendencia a la
impulsividad (Vohs
& Baumeister, 2016). Cabe
destacar que un alto nivel de AC está asociado a conductas más
saludables, un buen ajuste psicológico, menor nivel de
patología y mayor éxito en las relaciones
interpersonales, mejores logros académicos, menor nivel de
agresividad y menor índice de obesidad (Tangney et al., 2004;
Vohs
& Baumeister, 2016).
Es decir, que un alto nivel de AC puede ser considerado un factor de
salud.
Entre
los resultados más significativos, se encontró que el
AC y el futuro se relacionan de manera positiva, mientras que el AC
se relaciona de manera negativa con el presente fatalista, pasado
negativo y presente hedonista Los resultados van en línea con
los estudios previamente citados y aportan evidencia empírica
sobre la relación que existe entre el procesamiento
psicológico del tiempo y la capacidad de autocontrol. {ver tabla 1}.
En
vistas a seguir profundizando los hallazgos sobre la relación
entre AC y PT, se realizó un segundo estudio que se propuso
indagar nuevamente la relación entre ambas variables, pero se
incluyó también un análisis de regresión
lineal múltiple y un análisis de senderos (Germano &
Brenlla, en prensa). El último análisis fue elegido
debido a que permite evaluar los efectos directos de las variables
independientes sobre la variable dependiente, teniendo en cuenta las
covarianzas que existen entre las variables independientes. Estos
métodos no prueban causalidad, pero sí ayudan a inferir
hipótesis causales (Pérez et al., 2013). Se utilizó
un diseño no
experimental, transversal, inferencial, con alcance correlacional, y
un muestreo no probabilístico de tipo bola de nieve.
Participaron 560 adultos con edades entre 18 y 60 años (65.5%
mujeres, MEedad
=
30.32, DE
=
13.17). Como instrumentos de recolección de datos se
utilizaron: un cuestionario de datos sociodemográficos, el
ZTPI en su versión abreviada para Buenos Aires (Germano &
Brenlla, 2020) y la versión argentina de la Escala Breve de
Autocontrol (Garrido et al., 2018).
Se
halló, al igual que en el estudio anterior, que el autocontrol
covarió de manera significativa y positiva con el futuro, y de
manera negativa con el presente fatalista, pasado negativo y presente
hedonista. Además, se consideró la edad y se observó
que a mayor edad mayor nivel de AC y mayor presencia de perspectiva
temporal futura, y menor nivel de pasado negativo, pasado positivo y
presente hedonista {ver tabla 2}.
Por
otro lado, en el análisis de regresión lineal se
encontró que tres de las dimensiones de la perspectiva
temporal —futuro, presente hedonista y pasado negativo— y
la edad explicaron un 44.8% de la variabilidad de las puntuaciones
del AC (R2
=0.44,
F
(6,
399)
= 52.48, p
<
.001). Al considerar los coeficientes Beta, que reflejan el impacto
de cada variable independiente en la variable dependiente, se observó
que la dimensión futuro de la PT fue la que explicó más
varianza de las puntuaciones de AC (β=.44), seguida por el
presente hedonista (β= -.26), la edad (β= -.19), y el
pasado negativo (β=-.19). Las variables presente fatalista y
pasado positivo no fueron significativas en el modelo. Es decir, que
los hallazgos
indicaron que a medida que aumenta la presencia de la PT futura
aumenta el AC. Pero, sucede lo contrario con las dimensiones Pasado
Negativo y Presente Fatalista, ya que a medida que estas aumentan el
AC disminuye. Por último, a medida que aumenta la edad aumenta
también el AC.
Por
último, siguiendo los hallazgos reportados hasta el momento,
se construyó un modelo que incluyó la edad y las cinco
dimensiones de la PT como variables independientes y el AC como
variable dependiente. Se puso a prueba con un análisis de
senderos y se encontró que el modelo
presentó un excelente ajuste a los datos (X2
(8,
n
=
560) =
11.28; p
=
.18; x2/gl
= 1.41; RMSEA = .03 y CFI = .99). En la Figura 1 puede observarse el
modelo final con los efectos directos significativos.
{ver figura 1}
Finalmente,
en un tercer estudio se puso a prueba la hipótesis de que la
perspectiva temporal y el autocontrol pueden ser considerados
predictores del malestar psicológico (Germano & Brenlla,
2021). El malestar psicológico es un estado de sufrimiento
emocional caracterizado por sintomatología ansiosa y
depresiva. Los síntomas pueden ser cansancio, inquietud,
agitación, nerviosismo, falta de interés o
desmotivación, tristeza, desesperanza y sentimientos de
inutilidad. Es un estado que es causado por múltiples
factores, como el contexto, la crianza, y las predisposiciones
biológicas, entre otras (Kessler et al., 2002). Se ha
estudiado el malestar psicológico como indicador de la salud y
enfermedad mental. Los pacientes psiquiátricos tienen
autopercepciones de malestar significativamente mayores que la
población general (Brenlla & Aranguren, 2010).
Se
realizó un estudio empírico con enfoque cuantitativo y
diseño no experimental. Participaron 328 personas adultas (38%
hombres, MEedad=32.03;
DE=12.96)
residentes de Buenos Aires que completaron la versión
abreviada del ZTPI (Germano & Brenlla, 2021), la Escala Breve de
Autocontrol (Garrido et al., 2018) y la adaptación argentina
de la escala de Escala de Malestar Psicológico (Brenlla &
Aranguren, 2010).
En
primer lugar, se calculó un análisis de correlación
bivariada con el estadístico r de Pearson entre todas las
variables del estudio. Los resultados fueron en línea con los
hallazgos reportados en estudios previos, a los que se sumaron las
relaciones encontradas entre el malestar psicológico y las
demás variables. En este sentido, se encontró una
relación negativa entre el malestar psicológico y el
pasado positivo (r=-.26; p<.01)
y el autocontrol (r=-.31; p<.01);
y una relación positiva entre el malestar psicológico y
el pasado negativo (r=.48; p<.01),
el presente hedonista (r=.13; p<.05),
y el presente fatalista (r=.19; p<.05).
Luego,
se realizó un análisis de regresión lineal
múltiple que mostró que el pasado negativo, el pasado
positivo y el autocontrol explican el 31% de la varianza del malestar
psicológico (F (3,323)
=
49.23, p
<
.001, R2
= .31). El pasado negativo fue la
dimensión que explicó más varianza de las
puntuaciones del malestar psicológico (β=.42), seguido
por el pasado positivo (β= -.22), el autocontrol (β= -.17),
y el presente hedonista (β= -.21). Los
resultados mostraron que cuanto más altos son los niveles de
pasado negativo y cuanto más bajos son los niveles pasado
positivo y de AC, mayor es el nivel de malestar psicológico.
Posteriormente, se llevó a cabo un análisis de senderos
que mostró un excelente ajuste a los datos (X2
(6,
n
=
328) =
3.794; p
=
.705; x2/gl
= 0.63; GFI= .99; CFI= .99; RMSEA = .00 y NFI = .98). En la Figura 2
puede observarse el modelo final con los efectos directos
significativos.
{ver figura 2}
Los
resultados mostraron que el futuro, pasado negativo y presente (en
este estudio, siguiendo la recomendación de los revisores del
artículo, se consideró una única variable del
presente calculada a partir del promedio entre el presente hedonista
y presente fatalista) tienen un efecto directo sobre el autocontrol.
Además, el malestar psicológico, tal como se
hipotetizó, puede ser predicho por el pasado negativo, el
pasado positivo y el autocontrol. Por último, el futuro,
pasado negativo y presente tienen un efecto indirecto sobre el
malestar psicológico a través del autocontrol. Estos
resultados apoyan la idea de que la perspectiva temporal está
relacionada con el autocontrol y sugieren que ambos, perspectiva
temporal y autocontrol, pueden ser predictores del malestar
psicológico. Los hallazgos suman evidencia empírica
sobre el tiempo psicológico y arrojan luz sobre el valor de
considerar el autocontrol como una variable mediadora entre la
perspectiva temporal y el estado psicológico de alguien.
Conclusiones
Sin
lugar a duda el tiempo es una dimensión esencial de la vida de
las personas. Tanto en su dimensión objetiva como en la
subjetiva. Los antecedentes muestran que en la ciencia psicológica
existe un área particular que desarrolla teoría basada
en datos empíricos sobre el tiempo psicológico. En
particular, como se ha mencionado, la línea de investigación
en la que se circunscribe este escrito se centra en el estudio del
tiempo subjetivo o de nivel III siguiendo la clasificación de
Laplanche (1996
citado en Vásquez Echeverría, 2011). En
este nivel se incluyen todos los constructos de personalidad y
diferencias individuales. Los mismos están basado en la
habilidad
cognitiva del ser humano para viajar de forma mental, es decir,
episódica en el tiempo y se distinguen de estos ya que
representan predisposiciones en las valoraciones o preferencias que
hacen las personas hacia cada una de estas regiones temporales. Las
valoraciones varían de persona a persona y se ha postulado que
son más o menos estables, como si se comportasen como un rasgo
de personalidad.
Entre
los constructos más salientes de tiempo subjetivo se
encuentran el de perspectiva temporal propuesto por Zimbardo y Boyd
(1999, 2008), y el de foco temporal propuesto por Shipp y cols.
(2009). Al retomar lo mencionado previamente, se trabajó en la
traducción y adaptación de los instrumentos que
operacionalizan estos constructos. En primer lugar, el ZTPI en su
versión original (Brenlla et al., 2019) y luego en su versión
breve (Germano & Brenlla, 2020). En segundo lugar, la Escala de
Foco Temporal (Germano & Brenlla, 2022). Estos aportes resultan
fundamentales ya que es indispensable contar con pruebas válidas
y confiables para evaluar constructos psicológicos. No se
puede dar por sentado que una prueba de medición creada y/o
validada en otro país, aunque sea de habla hispana, funcione
correctamente en el medio local. Por ello, la utilización de
la psicometría asegura que se cuente con instrumentos que
realmente midan lo que dicen medir y que arrojen resultados que
puedan ser utilizados para tomar decisiones (International Test
Comission, 2017). Futuras líneas de investigación
podrían centrarse en estudios transculturales sobre
perspectiva temporal y foco temporal incluyendo datos locales, ya que
los datos de países latinoamericanos en general y Argentina en
particular no suelen estar incluidos en este tipo de estudios (e.g.:
Callizo-Romero et al., 2020; Sircova et al., 2014).
A
partir de los resultados reportados se observa, en primer lugar, que
la perspectiva temporal y el autocontrol se encuentran fuertemente
vinculados. Las personas que presentan puntuaciones
mayores en el autocontrol presentan más orientación
hacia el futuro, mientras que aquellos que presentan menores niveles
de autocontrol presentan más orientación hacia el
presente fatalista, pasado negativo y presente hedonista. Esto
concuerda con estudios anteriores (Baird, 2018).
Por
otro lado, se demostró que no solo hay una covariación
entre las variables, sino que la relación entre la perspectiva
temporal y el autocontrol es lineal desde la primera hacia el
segundo. Esto es crucial porque el autocontrol es un proceso más
controlado (Vohs & Baumeister, 2016) mientras que la perspectiva
temporal se define como un proceso no consciente (Zimbardo &
Boyd, 1999). Esto puede afirmarse a partir de los análisis de
regresión lineal que corresponden a un modelo predictivo y
permiten evaluar una posible relación causal entre variables.
Futuras líneas de investigación podrían incluir
más
variables sociodemográficas -como el nivel educativo o el
hábitat rural o urbano- para profundizar el análisis,
sobre todo considerando que la cultura y zona geográfica
podría estar influyendo en los hallazgos ya que la perspectiva
temporal puede variar según esos aspectos (Zimbardo &
Boyd, 1999; 2008). Además, sería recomendable hacer
estudios longitudinales ya que eso permitiría poner a prueba
de manera más confiable la relación causal.
Por
último, los resultados dejaron en evidencia los efectos de la
perspectiva temporal y el autocontrol en el malestar psicológico.
En línea con lo reportado sobre ajuste psicológico, lo
hallado en los análisis que aquí se reportaron
mostraron que un nivel alto de autocontrol y las perspectivas
temporales de futuro y pasado positivo se asocian a menor nivel de
malestar psicológico, mientras que bajos niveles de
autocontrol y las perspectivas temporales de pasado negativo,
presente hedonista y presente fatalista se asocian a mayor nivel de
malestar psicológico. Estos resultados muestran que la
perspectiva temporal puede ejercer un efecto sobre un estado
psicológico como lo es el malestar psicológico, a
través del autocontrol. Esto significa que cuando se considera
tanto la perspectiva temporal y el autocontrol, la perspectiva
temporal es un rasgo de personalidad que se sitúa previamente,
y cuando se trata de estudiar su efecto sobre diferentes resultados,
el autocontrol debe ser considerado como variable mediadora porque se
comporta de forma más controlada, más consciente, que
la perspectiva temporal. Sumado a esto, un estudio reciente demostró
que la inteligencia, el temperamento y el entorno familiar deberían
considerarse como orígenes de las dimensiones de la
perspectiva temporal (Stolarski et al., 2020). Así, futuros
estudios podrían centrarse también en los predictores
primarios de la perspectiva temporal, tales como el temperamento,
aumentando la idea de que la perspectiva temporal es un rasgo de
personalidad que puede considerarse como una variable predictora de
diferentes rasgos, estados psicológicos y resultados
relacionados con los comportamientos sociales y económicos.
Las
evidencias previas mostraron que el pasado positivo se asocia con
alta autoestima, energía y felicidad; el pasado negativo con
baja autoestima, agresión y depresión; el presente
hedonista con conductas de riesgo y adicciones, y búsqueda de
novedad; el presente fatalista con depresión, ansiedad y
agresión; y el futuro con la estabilidad emocional, y la
capacidad de ser diligente y establecer metas (Dany
et al., 2016). Klingeman,
2001; Stolarski et al., 2014; Przepiorka
& Sobol-Kwapinska, 2018; Zimbardo
& Boyd, 1999, 2008). A esto se suman los hallazgos aquí
reportados, que ayudan a concluir que un alto autocontrol, pasado
positivo y futuro son constructos asociados a mejor ajuste
psicológico; mientras que, bajo autocontrol, pasado negativo y
presente hedonista y fatalista se asocian a un menor ajuste
psicológico. Estas conclusiones deben ser tenidas en cuenta a
la hora de aplicar diferentes intervenciones para mejorar el perfil
de PT (Sword et al., 2014) y para aumentar los niveles de autocontrol
(e.g.: Duckworth et al., 2018), ambos aspectos que conducen a estados
psicológicos saludables y resultados positivos.
Los
estudios reportados arrojan luz sobre las consideraciones teóricas
y prácticas que se desprenden de los constructos de tiempo
subjetivo, autocontrol y malestar psicológico. Se destaca el
interés de considerar la PT como una variable de personalidad
que está en el origen del comportamiento y que puede ser
considerada, junto con otras variables sociodemográficas como
la edad, para predecir la variabilidad del autocontrol, y en conjunto
predecir estados psicológicos como es el caso del malestar. Se
destaca la idea de que resulta fundamental contar con evidencia local
tanto de instrumentos de medición de rasgos de personalidad,
como de estudios empíricos de psicología del tiempo.
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