Este artículo es una ampliación de "Por el camino del desarrollo hacia la atención integral del niño y su familia" (1º Edición/ Diciembre 2018)
La
mayoría de los bebés nacen saludables y crecen y se
desarrollan normalmente a lo largo de la infancia. Sin embargo, hay
grupos de sobrevivientes claramente identificables como grupos de
alto riesgo (AR), los nacidos pretérmino o con mala salud,
destinados a tener tasas más altas que las esperadas en
problemas de salud o del desarrollo, y para los cuales deben estar
asegurados programas más estructurados y especializados de su
seguimiento a largo plazo.
Una
minoría sustancial de niños de AR tienen resultados
adversos en el futuro: de orden médico, de desarrollo y
psicológicos. Estos trastornos consumen grandes recursos de
salud y de servicios educativos a medida que los niños crecen.
La
intervención temprana para prevenir resultados adversos y la
integración efectiva de servicio, luego de ser identificados,
puede reducir la prevalencia y severidad de ciertos resultados, con
uso eficiente y efectivo de los recursos de salud.
La
meta compartida para familias y profesionales es asegurar que los
niños de AR maximicen su potencial y se conviertan en miembros
productivos y valiosos de la sociedad.
El
cuidado intensivo no cesa con el alta de la Neonatología
(UCIN), es necesario que se valoren las comorbilidades persistentes
de los niños que sobreviven y se envían a sus hogares.
Es especialmente útil para identificar mejoras en la calidad
del tratamiento y los resultados del cuidado, e identificar a quienes
tienen mayor riesgo para monitoreo e intervención temprana.
En
1986 se inició el Programa de Seguimiento de Prematuros
(RNPret) del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, a
cargo de las Dras. N. Aspres, A. Benítez y A. Galindo, y quien
suscribe (encomendada de la evaluación del desarrollo e
intervención temprana de esta población). Se continúa
hasta el día de hoy con muy buenos resultados y gran adhesión
de las familias (Aspres et al., 1998, 2013; Larguía et al.,
2008).
Al
incorporarnos a dicho Programa de los RNPret nos propusimos acompañar
y orientar el desenvolvimiento infantil desde las primeras edades;
realizar la vigilancia epidemiológica en todos sus aspectos,
facilitando el aprendizaje, previniendo deficiencias y corrigiendo
desviaciones precozmente.
El
siglo XXI es la Centuria
del Cerebro y
se
lograron grandes avances en las neurociencias, no se han concretado
propuestas de apoyo y facilitadoras del progreso al máximo del
DIT (Yuste y Church, 2014).
La
capacidad de reconocer nuestras ignorancias, las múltiples
fuentes de error, la posibilidad de dialogar e identificar las
preguntas que podemos dilucidar en el terreno intradisciplinario, nos
permitirá integrar los conocimientos que la ciencia produce
desintegrando, hasta llegar a reconocer que las partes son más,
pero son menos que el todo, especialmente en bebés tan
complejos, así como apoyar y acompañar a sus familias
en el recorrido de su crianza (Ossa
Londoño, 2003).
Referencias
Aspres,
N., Benítez, A., Galindo, A., Schapira, I. y de Arce, F. M.
(1998). Niños de muy bajo peso al nacer: análisis del
comportamiento de una población hospitalaria hasta el año
de vida. Rev.
HMIRS, 17(4),
196- 203.
Aspres,
N., Schapira, I. et al. (2013). Growth
and Neurodevelopment at 2 Years Corrected Age of Very Low Birth
Weight Infants Born in a Buenos Aires Maternity Hospital between 1986
and 2005. Póster
Sesión Neonatología. Soc. de Academias Pediátricas
(PAS) Washington, EE.UU.
Larguía,
A. M., Schapira, I., y Aspres, N. (2008). Guía para Padres de
Prematuros. FUN, www.funlarguia.org.ar; www.sarda.org.ar
Ossa
Londoño, J. (2003)
Neurociencia, humanización y educación. Iatreia,
16 (1),
15-17.
Yuste,
R. y Church, G. M. (2014). El siglo del cerebro. Investigación
y Ciencia, 452.