ISSN 2618-5628
 
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Discurso, Historia  
     

 
La argumentación original galileana ante el tribunal de Inquisición. Argumentación de la ficcionalidad perspectivista del saber humano
 
Rossi, Lucía
Universidad de Buenos Aires (UBA)
 

 

Introducción

En el planteo que se despliega a continuación se reconstruye el mundo de la Contrarreforma y la participación activa de Galileo en el diseño de la representación barroca en ciernes en literatura y pintura. Rechaza su imprecisión y las antítesis distorsivas abogando por el lenguaje de ideas matemáticas. Se reconstruye las interlocuciones e influencias del mundo de la filosofía, la ciencia y la religión -por el diseño de la luz y del cielo- y se consideran las escenas argumentativas precedentes, focalizadas en Giordano Bruno.

 

1.

Galileo y su mundo: el tenso marco de la Contrarreforma

En el capítulo Del libro de los hombres al libro de la naturaleza se aprecia cómo se fragua el concepto de representación barroca en la literatura y la pintura: Galileo participa y se expide categóricamente respecto del sistema representacional: se refiere personalmente a la retórica de la Jerusalén libertada de Torcuato Tasso criticando sus imágenes por ser artificiosas, imprecisas, vacuas. Insensible a la fascinación retórica, Galileo disiente con la distorsión de las imágenes que dilatan y deforman la realidad del mundo natural como una pintura esfumada, una literatura colorida, carente de rigor conceptual. No tolera las antítesis del mundo poético, ni cómo combina los opuestos de un lenguaje de disyuntivas en un teatro intelectual.

Galileo admira el orden, la racionalidad, el decoro del Orlando el furioso del Ludovico Ariosto, que, sin poner velo a la verdad, propone directo una fantasía inverosímil.

Galileo separa el mundo de la ficción -el libro de los hombres, de la realidad racional de la ciencia- del libro de la Naturaleza que habla en lenguaje matemático.

En el cuadro Los embajadores (1533) de Hans Holbein el joven (1497-1543), el objeto es descubierto en su verdadera dimensión recién cuando el observador logra el justo ángulo visual para descifrar la Anamorfosis de la calavera (una forma que abre a diversidad de imágenes según la perspectiva - "toda mirada es una perspectiva", dirá Marcus Aurelius).

Habría una verdad oblicua contrapuesta a lo inmediatamente perceptible: "hecha para un mirar torcido", asevera Galileo. Como la poesía del Tasso, la excesiva proximidad de imágenes conexas, permite bascular de una perspectiva a otra, propiciando la analogía.

En el Reino de las dos Sicilias (reinado español) domina la literatura española que ronda la misma problemática: Calderón de la Barca en La vida es sueño muestra una imagen que es, a la vez, duda imprecisa, recuerdo, sentir, percepción, fusionadas en una incerteza basculante, borrosa de la posición subjetiva. El cuadro Las Meninas de Velázquez muestra la arquitectura de la representación: lo que los reyes ven, lo representado, son las Meninas. El intrincado laberinto de rebotes e itinerarios ópticos sitúa el anclaje del resorte de la representación en la mirada de los reyes- punto ciego de la imagen, solo rastreable en el reflejo pequeño espejo-. Las Meninas: lo representado. La mirada de los reyes, el poder de definir lo real, artífices de la operación constituyente. Velázquez – el pintor que retrata a los reyes – se refleja incluyéndose, pintándose en el cuadro que, como el caballero retirándose, miran mirar a los reyes- legitimando la operación, testigos del acontecer. El resultado: la representación.

2.

En Francia, Renée Descartes (huérfano educado por los Jesuitas de la Fleche) presenta ante el poder real de Luis XIV el Discurso del Méthodo (1638), el pensar autónomo de toda aucthoritas. Autónomo hasta de lo real: el primero, diferenciado tajantemente de lo real en la oposición Res cogitans- Res extensa.

Dos originalidades: el Pensar autónomo, punto de partida en ciencia. La Conciencia, su sede psicológica. El Método: el análisis. Todo aquel que se entrene, puede. Ejercible por cualquiera que se entrene en aplicar las ideas matemáticas a lo extenso, el mundo natural. Dios garantiza el encaje y aplicabilidad de las ideas a lo extenso. De esa colisión resulta un producto, la Representación: un "como si", producto intelectual. La clave del dualismo cartesiano consiste en diferenciar la representación gnoseológica (un "como si", un simulacro del objeto natural), lo representado (copia fiel que se aloja en la Conciencia: dimensión psicológica subjetiva que la contiene).

La Ciencia: la mecánica. Ambos, Descartes y Galileo, hombres de ciencia. Sus objetos en litigio, el cielo y la luz. Descartes científico: trabaja en física óptica, descubre los itinerarios de la luz, su carácter rectilíneo; Galileo es físico, su objeto: la observación telescópica del cielo. Descartes retrasa significativamente la publicación de su escrito, el Tratado de la luz y su dióptica. Tratado de los meteoros (la luz, el cielo) cuando se entera del juicio a Galileo.

Galileo como hombre de ciencia es equiparado por De Asúa (1996) a la tradición de los físicos matemáticos griegos clásicos, como Arquímedes. Arquímedes, como Leonardo, es ingeniero: construye "El Siracusa" primer crucero fastuoso con jardines; e ingeniero militar – estratega en griego, lentes y laberintos permiten vencer invasiones. Los tres tienen un abordaje experimental y explican con matemáticas las regulaciones que descubren.

Galileo aplica la matemática a lo fáctico. Explica los fenómenos físicos en términos matemáticos, asevera: "la Naturaleza habla en lenguaje matemático". Desenmarca la física aristotélica; considera "natural" el movimiento y la caída libre, un caso especial: un movimiento uniformemente acelerado que explica con una fórmula matemática. También Kepler lo desafía: aplica la data astronómica heredada de Tycho Brahe. Se acomoda a la elipse: un círculo estirado, desdoblado en 2 centros: uno visible, otro oscuro, aunque determinante (como las analogías del Tasso y la anamorfosis del cuadro de Hoderlein, el lugar de los reyes en las Meninas y el lugar borroso del sujeto en Calderón: vacilantes, basculantes, imprecisos, inestables).

3.

La escena antecedente: Rudolf II de Habsburgo, un Austria Rey de Checoslovaquia en Praga (sobrino de Felipe II, siempre vestido en seda negra), llamado "el Mercurial", reunía en su corte numerólogos, cabalistas, alquimistas, astrólogos de diversas procedencias (sefardíes). Cuando la Inquisición lo inspeccionaba, los escondía en torres y en la campiña para traerlos nuevamente a palacio. Su objetivo: trastocar el mercurio en oro. Así, entre 50 a 60 mentes brillantes trabajando en conjunto permiten despliegues originales y originales en un lugar periférico – sutil puerta de entrada a las ideas árabes como muestra el triple reloj de Praga, que delata esa conjunción: 12 horas, los 12 signos zodiacales y los 12 apóstoles y la reedición del Tarot egipcio de Praga. Sus figuras descollantes: Tycho Brahe, Copérnico, Kepler, Comenius y Giordano Bruno. Astrólogos, numerólogos, cabalistas sefardíes, hacen proclive el desplazamiento de la numerología a la matemática y de la astrología a la astronomía.

El pintor: El milanés Giuseppe Archimbaldo preanuncia una pintura surrealista compuesta por pedazos de naturaleza –frutas, verduras – impactados en collage en la imagen humana. Collages vegetales prefiguran retratos como el Vertummus (1590): la naturaleza en transformación impresa definiendo el rostro del emperador, los 4 elementos y las 4 estaciones. Elementos alquímicos y naturales.

Por eso hemos considerado como caso antecedente a Giordano Bruno. Protagonista de esta escena que propone "el alma en todas las cosas- es una vitalidad persistente que habita todo". "El espíritu permea todo, mueve la materia". "La Materia y Forma en transmutación perpetua combinan infinitamente". "Todo es uno en alma, vida y espíritu y a la vez cosmos infinitos". Y acá lo desafiante, cuando lo pronuncia en Roma: "El furor cognoscente heroico permite como un dios la captura absoluta y total del espíritu profundo del universo, inmerso en la vida total y eterna del universo" (Ferroni 384-231). Sus exposiciones descollantes y admiradas en Praga ante su grupo, resultan tanto en su discurso como en sus escritos, juzgado herético por la Inquisición en Roma. Es condenado a la hoguera como hereje (como Savonarola, el fiorentino) en la Piazza del Fiore. Galileo, muy al tanto de este episodio, como muestra su estrategia mesurada y prudente, se cuida de lo Total y de ocupar el lugar de Dios en lo infinito.

 

Argumentación de Galileo

El libro del Universo está escrito en lengua matemática. La literatura, la filosofía son fantasías humanas. La verdad es lo observable.

Cuando Galileo corrige al jesuita Grassi por sus errores de medición en la aparición del cometa (aún basados en la data de Tycho Brahe), lo hace utilizando un recurso retórico: simula una comedia dialogada. El contrapunto de la argumentación transcurre como un baile de máscaras en una comedia. Objeta a Grassi por sus impresiones incompletas, parciales, por no considerar la totalidad del sistema cósmico (los jesuitas acotan sus indagaciones astronómicas a los círculos sublunares para evitar confrontaciones; el cometa iría más allá). La totalidad refiere al sistema cósmico de Copérnico y sus movimientos anticipan las regularidades de Kepler. Al dedicarle el escrito al Papa, Galileo estratégicamente advierte que se abre a la posibilidad del estudio del movimiento celeste. Entra en zona controversial: el diseño de los cielos y de la luz no es discutible. Sin embargo, la indefinida perfectibilidad del conocimiento científico -nunca definitivo- abre a la perspectiva experiencial humana relativa. Cuando refiere a la cualidad de los cuerpos, taxativamente las clasifica en "objetiva": cualidades primarias que pertenecen al mundo, el espacio físico mensurable por cuantificación numérica, cuyos objetos están regulados por fórmulas matemático-geométricas, leyes; y "subjetiva": cualidades secundarias pertenecientes al sintiente- el mundo sensible, pictórico rico en imágenes: apariencia engañosa, ficticia-, la divina omnipotencia y la debilidad de ingenio humano.

Proemio. En febrero de 1616, el Santo Oficio condena la teoría copernicana de inmovilidad del Sol y movimiento de la Tierra. Galileo argumenta que ese sistema es hasta el momento pura hipótesis. Que hay algunas observaciones en su favor experiencias en la Tierra, las astronómicas y las mareas. Se afianza en lo empírico.

En cuanto al límite y posibilidad del intelecto humano, afirma: "En la naturaleza se manifiesta la infinita sabiduría divina del cual el humano solo conoce la una pequeña parte. El conocimiento humano tiene doble modalidad: Hay un conocimiento extensivo que refiere al infinito de lo inteligible y uno intensivo particular. El matemático permite conocer las verdades necesarias de la sabiduría divina, aunque en forma limitada. El límite del conocimiento humano es pretender tener la clave- pero si, tiene la posibilidad de comprender en forma rigurosa sus leyes, verificables por la matemática. La infinitud es divina. La agudeza del ingenio humano complejo y versátil está referido a la invención humanizante".

 

La mente humana es obra de Dios

Pivoteando entre límite, imperfección e infinito, Galileo aprende del error de Giordano, evitando sigilosamente sus afirmaciones exultantes: unidad con infinitud de formas materiales, total y absoluta. Infinito capturable. Giordano se identifica y se arroga el lugar de Dios. Galileo habla de lugar humano parcial, relativo. Infinito solamente en su genio creativo. 100 años después Espinoza hablará de los infinitos modos de la sustancia. Despersonaliza a Dios y lo panteíza en la naturaleza: la ley Natural.

Lo ficcional, el "como sí", el simulacro, es argumentación jesuita y parte de la "representación" gnoseológica, resultado de aplicar las ideas matemáticas a la multiplicidad de lo "extenso". La ficcionalidad está presente en el punto oscuro de la elipse. Galileo crea un estilo literario: el científico. El lenguaje de la ciencia, retratando la naturaleza como Archimbaldo.

Finalmente contrastaremos al Arquímedes clásico en su física empírica y matemática con el Galileo científico que, apoyado en lo experimental, las deducciones formales de la matemática ("la materia es forma", decía Giordano; "la Naturaleza habla en lenguaje matemático", dice Galileo; "los infinitos modos de la sustancia – Dios como Leyes naturales", dice Spinoza), para notar el contraste de su argumentación. No todo, el límite del conocimiento humano. La mente humana es creación divina.

 

Galileo: contrapunto de ideas y publicaciones

Físico en la línea de Leonardo. Establece la Ley de inercia: el movimiento es natural: no necesita motores. En movimiento se mantendrá mientras no haya impedimento. Explica la aceleración con una forma matemática. Describe con experimentos y explica matemáticamente la relación de velocidad y distancia en la Ley de la caída libre. Se trata de un movimiento acelerado. La composición de los movimientos. En su cinemática compara la trayectoria de la bala de cañón (desagregada geométricamente) y la caída en la Tierra.

Diálogos entre los dos sistemas del mundo (1632). Galileo era un matemático con enfoque empírico "ideal" busca dar una imagen matematizada del mundo imagina el fenómeno en condiciones ideales que posibilitan su matematización. Kepler, ayudante de Tycho, aplica la data heredada a los 5 sólidos pitagóricos y la música de las esferas celestes. Sus resultados se publican en Mysterium cosmographicum (1596). Arriba a su Segunda Ley: "la recta que une un planeta con el sol barre áreas iguales en tiempos iguales". La primera Ley: "los planetas recorren órbitas elípticas", publicada en Astronomia nova (1609) (mueren los círculos, las esferas celestes). La tercera: "el cuadrado de los tiempos de revolución de un planeta es proporcional al cubo de su distancia media al sol", aparece en Armonicus mundi (1619).

Galileo, preocupado por argumentar a favor de Copérnico, nunca consideró a Kepler. Nunca abandonó la idea de círculo. Sus contribuciones fueron observaciones telescópicas astronómicas: los satélites de Júpiter, las fases de Venus, la aparición de una estrella nueva y de un cometa (luego los cielos no serán inmutables ni perfectos). En el momento de la defensa argumentativa, las observaciones eran parciales. Circunstancia que juega a su favor. Había algunos indicios del "i pur si muove"; pero no la regularización explicativa del funcionamiento del sistema en su totalidad: las leyes de Kepler. Galileo: Dos nuevas ciencias (1638).

Ese año Descartes publica El discurso del método (para conducir la razón y buscar la verdad en las ciencias) y la Dióptica de los meteoros y la geometría (que son los efectos de ese método) (1638). Allí reduce lo cualitativo a lo cuantitativo en línea con Galileo.

Cuando se entera del juicio a Galileo, retiene la publicación del Tratado de la luz Le Monde de M. Descartes (ou le Traité de la Lumiere y otros principales objetos de la ciencia. Con un discurso de la Acción de los cuerpos y otro de las fievres compuestos según los principios del autor).

 

Conclusiones

El discurso original de Galileo muestra la prudente y cuidadosa relatividad que atribuye al conocimiento humano. Su perspectiva finita, ya que no ficcional. Su respeto por las esferas celestes aristotélicas. Aporta al Papa con sus observaciones fácticas parciales en favor de la tesis copernicana. Desconoce a Kepler y sus hallazgos elípticos. Lo fáctico y lo matemático lo definen como hombre de ciencia- físico experimental y astrónomo. Interviene en el debate por lo ficcional de la representación barroca. Es prudente y humilde. Polemiza con los jesuitas, aunque en su defensa, lo ficcional de su argumentación está impregnado sutilmente e indirectamente.

 

Selección de publicaciones de Galileo Galilei

Beltrán Marí, A. (Ed.) (1995). Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo ptolemaico y copernicano, Alianza.

De la Fuente, P., Granados X. & Reus, F. (Eds.) (1986). Cartas del Señor Galileo Galilei, Académico Linceo: escritos a Benedetto Castelli y a la Señora Cristina de Lorena, gran duquesa de Toscana. Alhambra, Madrid.

González, M. (Trad., Introd.) (2006). Carta a Cristina de Lorena y otros textos sobre ciencia y religión. Alianza.

Solís, C. & Sádaba, J. (Eds.) (1981).Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias Editora Nacional.

Revuelta, J. M. (Trad. y Ed.) (1980). Diálogo sobre los sistemas máximos: Jornada primera.  Aguilar.

Revuelta, J.M. (Trad. y Ed.) (1984). El ensayador. Aguilar.

 

Referencias

De Asúa, M. (1996). El árbol de las ciencias. Una historia del pensamiento científico. Fondo de Cultura Económica.

De Asúa, M. (2014). Science in the vanished Arcadia, Leiden.

De Asúa, M. (2022). Science and Catholisism in Argentina (1750-1960). A study of scientific culture, religión and Secularization in Latin Americ, Religion and Society, 89; Groyter Eds., University of Berlin.

Ferroni, G. (2003). Storia e teiti de la letteratura italiana. La Societá di antico regime (1559-1690), Mondatori Education.

Marshall, P. (2007). The theatre of the world. The mercurial Emperor. The magic circle of Rudolf II in Renaissance Praga, London Pimlico Random.

Roob, A. ( 2005). El Gabinete hermético, alquimia y mística, Taschen.

Rossi, L. (2020). Lecturas psicológicas. El Joven Kant: "Las enfermedades de la cabeza" 1760 y el anciano Kant "La antropología empírica". Psicopatología y pathos.

 

 
12ma Edición - Junio 2024
 
 
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