Definición
de afasia
Se
denomina afasia a la afectación adquirida del lenguaje como
consecuencia de lesiones en determinadas áreas del cerebro. Se
trata de un conjunto de dificultades en producir y comprender el
lenguaje que pueden tomar distintas formas. Se puede ver afectada en
mayor medida la producción, la comprensión o ambos. Los
síntomas pueden aparecer agrupados conformando síndromes
con un perfil característico, aunque no siempre la
presentación respeta esos agrupamientos. Puede afectar de
manera selectiva diferentes niveles lingüísticos:
fonético, fonológico, sintáctico, pragmático,
discursivo y semántico y en modalidad oral y/o escrita.
Modelos
históricos y más recientes
Estudios
pioneros
Los
primeros estudios en el campo de las afasias datan de mediados del
siglo XIX cuando Paul Pierre Broca describió a sus primeros
pacientes. Se trataba de personas que tenían lesiones en el
lóbulo frontal del hemisferio izquierdo y presentaban
dificultades en la expresión del lenguaje. Broca, en 1861, es
el primero en demostrar por autopsia la localización de la
lesión cerebral que presentaban sus pacientes. Este autor
distingue la facultad del lenguaje articulado de la facultad general
del lenguaje, y define a ésta como la capacidad de relacionar
una idea con un signo, ya sea éste un sonido, un gesto, una
figura, o un trazado cualquiera. De esta forma, hay diferentes tipos
de lenguajes "permitiendo expresar las ideas de una forma más
o menos inteligible, completa y rápida": palabra,
mímica, dactilología, escritura figurativa y escritura
fonética. Y dice que "para todo lenguaje regular se
necesita: 1) de un cierto número de músculos a los que
llegan nervios, y la parte del SN de donde vienen esos nervios; 2) de
un aparato sensitivo externo, del que nace un nervio y la parte del
SNC a la que va a llegar; 3) la parte del cerebro que tiene bajo su
dependencia, la facultad general del lenguaje" (Broca, 1861,
citado en Fontana, 2019, p. 14).
Después
de estudiar varios pacientes propios y otros de Charcot, Broca en
1865 no tiene dudas acerca de la lateralización de las
funciones lingüísticas en el hemisferio izquierdo, al pie
de la tercera circunvolución frontal izquierda.
Los
aportes fundamentales de Broca podrían resumirse en:
1.
Las facultades intelectuales pueden ser localizadas. Hay que buscar
circunvoluciones o parte de ellas, como asiento de las mismas.
2.
Una teoría esbozada de las facultades lingüísticas,
que toca el cerebro en un solo punto.
3.
La lateralización de la facultad lingüística al
hemisferio izquierdo
Posteriormente,
Carl Wernicke (1874) describió una serie de pacientes que
presentaban dificultades lingüísticas diferentes a las
presentadas por Broca, y que comprometían a la comprensión
del lenguaje con una producción oral relativamente fluida.
Presentaban un vocabulario extenso, con una falta total en la
comprensión. La lesión se encontraba en la primera
circunvolución temporal izquierda.
Wernicke
es el primero que teoriza acerca de la afasia y dice que las zonas
descritas por Broca y él deben estar unidas por una vía
de asociación amplia que permite en la niñez educar y
evocar las palabras, y explica que en su lesión el paciente
comprende y habla, pero con deformación de las palabras. Es
decir, integra las dos áreas en una función común.
Describe
entonces cuatro tipos de afasia que él reconoce: motora,
sensorial, de conducción y total (Fontana, 2019).
Modelo
clásico
Más
tarde Litchtheim sistematiza el trabajo de Carl Wernicke y elabora
una propuesta formal, uno de los primeros modelos explicativos, en el
que los diferentes tipos de afasias eran el resultado de una lesión
en centros cerebrales o en las vías que los conectan. Este
modelo se popularizó como "la casita" del lenguaje
y predice la existencia de siete síndromes afásicos
{ver figura 1}. Estos son: afasia motora, afasia sensorial, afasia de conducción,
afasia transcortical motora, afasia transcortical sensorial, afasia
subcortical motora y afasia subcortical sensorial (Fontana, 2019).
Según
Fontana (2019), el esquema de Lichtheim es simple y amigable, y
aplicable aun actualmente como un acercamiento inicial a muchos
pacientes afásicos. Ofrece también, a través de
la exposición de los déficits derivados teóricamente
de cada lesión, un plan de exploración de las funciones
que estarían alteradas en cada caso.
Clasificación
de las afasias según el modelo clásico
Para
clasificar clínicamente al lenguaje se debe tener en cuenta
tres dominios: fluencia, comprensión auditiva y repetición.
La denominación por confrontación visual es un aspecto
importante a la hora de evaluar y es un déficit constante en
todos los tipos de afasia, pero no presenta un valor discriminatorio
a la hora de clasificar los tipos de afasia (Berthier, 2011).
La
correlación entre los síntomas que presenta el paciente
y la distribución neuroanatómica relativamente
constante de las lesiones ha permitido delimitar los distintos
síndromes afásicos. Estos son:
-
Afasia
motora (de Broca).
La
topología
de la lesión implica como áreas dañadas al pars
opercularis, triangularis y orbitalis (área de Brodmann, (AB)
44,45,47).
Presentan
lenguaje espontáneo no-fluente con relativa preservación
de la comprensión (salvo para elementos sintácticos,
agramatismo receptivo) y alteración en la repetición y
denominación (Berthier, 2011; González, 2014).
-
Afasia
Sensorial (de Wernicke).
La
topología
de la lesión implica el tercio posterior de la circunvolución
temporal superior, AB 22 y 42 (área de Wernicke). Presentan
lenguaje espontáneo fluente, no informativo, abundante sin
esfuerzo en la producción y bien articulado. El discurso
distorsionado por la producción de parafasias. La comprensión
y repetición se encuentran marcadamente alteradas. La
denominación es anormal, plagada por parafasias fonémicas
y neologismos y la repetición marcadamente alterada. La
prosodia y la articulación están conservadas.
-
Afasia
de conducción.
La
topología
de la lesión se encuentra en la circunvolución
supramarginal, AB 40 y fascículo arqueado, que forma parte del
fascículo longitudinal superior. El área de Wernicke
está bastante preservada. El lenguaje espontáneo es
fluente, variable entre la no-fluencia de la afasia de Broca y la
fluencia de la afasia de Wernicke en función de la
localización anterior o posterior de la lesión. La
articulación y prosodia son normales. Hay alteración en
la repetición. En general tienen conciencia de la dificultad y
producen autocorrecciones a través de conductas de
aproximación a la palabra blanco. Denominación
alterada, responden bien a pistas fonológicas.
-
Afasia
transcortical motora.
La
topología
de la lesión implica
lesiones en el lóbulo frontal izquierdo, por arriba y delante
del área de Broca. El lenguaje espontáneo es no
fluente. En una etapa aguda puede presentar mutismo inicial o gran
reducción de la fluencia. Luego las emisiones mejoran aunque
restringidas a palabra aislada o frases automáticas. La
comprensión auditiva relativamente preservada, fracasan en
oraciones gramaticalmente complejas. La denominación es mejor
que el acceso a las palabras en el discurso. La repetición
está preservada.
-
Afasia
transcortical
sensorial.
La
topología
de la lesión implica el
área parieto-temporal posterior, excluyendo el área de
Wernicke. Se puede también producir por lesiones del tálamo
posterior y pulvinar. El lenguaje espontáneo fluente es no
informativo. Marcada anomia y producción de parafasias. Existe
dificultad en la comprensión y preservación de la
repetición.
-
Afasia
subcortical sensorial o sordera verbal. La
topología
de la lesión implica una lesión
de vías entre el área de Wernicke y la audición
periférica. El lenguaje espontáneo es fluente, con
dificultades en la comprensión, y la repetición está
alterada.
-
Afasia
subcortical motora.
La
topología
de la lesión implica una
lesión entre vías que unen el área de Broca y la
musculatura oral. Presentan trastornos en la articulación
(González Lázaro y González Ortuño,
2012).
Modelos
posteriores al localizacionismo
Broca,
Wernicke y Lichtheim fueron todos localizacionistas y sostenían
la teoría según la cual el lenguaje es una función
autónoma que puede ser circunscrita al funcionamiento de
determinadas áreas cerebrales.
A
la escuela localizacionista le siguen algunos autores que se
opusieron a esto, como John Hughlings Jackson que proponía que
las actividades mentales superiores eran el resultado de la
superposición de funciones cada vez más complejas sobre
las básicas, y que las áreas cerebrales estaban
organizadas en tres niveles: uno inferior, espinal o de tallo
cerebral que lleva a cabo funciones básicas, automáticas
e involuntarias, que dependen de los estímulos. Un nivel
intermedio, en la corteza motora o sensorial, corresponde a la
ejecución de acciones estereotipadas y, por último, un
nivel superior en los lóbulos frontales que se encarga de las
funciones voluntarias, la inhibición y modificación de
las partes más primitivas (por ej., razonamiento, lenguaje y
memoria). Jackson sostiene que cada función se lleva a cabo
con la participación de diferentes estructuras cerebrales.
Siguiendo
esta escuela surgen entonces los modelos antilocalizacionistas
holísticos o globales propuestos por Pierre Marie, Karl
Lashley y Kurt Goldstein. Pierre Marie sostenía que la afasia
era una sola, la de Wernicke, en la cual la comprensión estaba
afectada como parte de una alteración en lo que llamó
inteligencia general, y que la diferencia en el lenguaje expresivo de
los pacientes se debía a una perturbación en el aparato
motor. Para este autor, la Afasia de Broca era la de Wernicke más
una anartria, es decir, que el área de Broca no tenía
nada que ver con el lenguaje: una lesión en esa zona
produciría solo anartria, un trastorno limitado a la
articulación del lenguaje (Basso, 2010; Gonzalez Ortuño
y Gonzalez Lázaro, 2012). Su mayor contribución fue
haber insistido en la evaluación del paciente con pruebas de
dificultad progresiva para no omitir síntomas leves.
En
1929 Lashley postula que el cerebro funciona como un todo y que las
zonas sanas se hacen cargo de las funciones de las áreas
dañadas.
Otro
opositor fue Kurt Goldstein, quien introdujo el concepto de actitud
abstracta, que es la capacidad de pasar de un ejemplo concreto a la
categoría general abstracta. Según este autor, los
pacientes afásicos perdieron la capacidad de abstraer el
concepto de la palabra, esto se nota especialmente en tareas de
denominación.
Hacia
1940 surge el estudio del lenguaje desde una perspectiva más
relacionada a la lingüística. Roman Jakobson fue uno de
los primeros lingüistas en estudiar la patología del
lenguaje. Propone que la alteración de los pacientes afásicos
podría relacionarse con una dificultad en la selección
de unidades lingüísticas o en su combinación.
Según el tipo de afasia tendrá alteración en
alguno de estos aspectos (Ardila, 2006; Basso, 2010; Gonzalez Ortuño
y Gonzalez Lázaro, 2012).
Por
su parte, hacia mediados del siglo XX surge otro autor que realiza
aportes de relevancia al área de la neuropsicología:
Alexsander Romanovich Luria. Él estudia una gran cantidad de
pacientes lesionados cerebrales de la Segunda Guerra Mundial. Propone
que las funciones cerebrales superiores están organizadas en
sistemas funcionales, que están distribuidos en una
constelación de zonas cerebrales corticales y de estructuras
subcorticales que cooperan en su actividad. Con respecto al lenguaje,
cada una de sus áreas (expresión, comprensión,
denominación y repetición) es un sistema funcional
complejo formado por diferentes subcomponentes con una localización
cerebral específica. Una lesión afecta selectivamente
los subcomponentes del sistema, por lo que la desintegración
del lenguaje varía de un paciente a otro (Basso 2010).
Modelo
de Geschwind
En
la década del 60, Norman Geschwind, con una visión
neoconexionista, revitaliza el modelo de Wernicke- Lichtheim, de la
afasiología clásica y modelo asociacionista, y propone
una nueva clasificación de las afasias que se basa en la
presencia o ausencia de cuatro signos: fluidez en la expresión,
comprensión, denominación y repetición.
Distingue ocho tipos de afasia y añade tres tipos más,
la global, la mixta transcortical y la anómica. Excluye la
sordera verbal (subcortical sensorial) y la anartria (subcortical
motora) ya que no las considera déficits lingüísticos.
-
Afasia
global:
topología, la lesión abarca toda el área
perisilviana (fronto-parieto-temporal). (Compromete áreas
corticales y subcorticales). Afecta a todas las modalidades del
lenguaje. Alteración severa del lenguaje espontáneo,
comprensión auditiva, repetición y denominación.
-
Afasia
transcortical mixta:
topología, lesión daño multifocal en lóbulo
frontal y parietal conservando la región perisilviana
(aislamiento del área del lenguaje). Alteración grave
de todas las funciones lingüísticas, lenguaje espontáneo,
comprensión auditiva y denominación. Preservada la
repetición, a veces de tipo ecolálico.
-
Afasia
anómica:
topología, lesión en circunvolución angular AB
39 o segunda y tercera circunvolución temporal AB 21 y 20.
Lenguaje espontáneo fluente bien articulado y gramaticalmente
correcto. Se pueden observar latencias en la búsqueda de la
palabra y se caracterizan por dificultad para encontrar las palabras
en el lenguaje espontáneo, dificultad en la denominar objetos
por confrontación visual y en generar palabras que pertenezcan
a una determinada categoría semántica. Comprensión
conservada.
Geschwind
realiza dos grandes aportes al estudio de la afasia, la confirmación
de las distintas formas de afasia y la puesta a punto de una batería
para su estudio (Geschwind, 1974; Cuetos, 1994). Esta clasificación
es la que se usa actualmente en la mayoría de los países
occidentales, sin embargo, una de las limitaciones más
importantes de este modelo surge de la evidencia que muchos pacientes
clasificados bajo el mismo síndrome afásico presentaban
diferencias entre ellos. Los síntomas que se consideran
característicos de un síndrome no están
presentes en todos los pacientes, por lo que fueron perdiendo el
valor teórico y la clasificación se fue haciendo más
empírica.
Modelos
cognitivos
A
partir de la década del 70 empieza a surgir un nuevo campo
interdisciplinario, la neurociencia cognitiva. Según Cuetos
(2012), la neurociencia del lenguaje es una disciplina joven que
estudia la organización del lenguaje en el cerebro. Intenta
integrar diferentes disciplinas que investigan el lenguaje y sus
bases neurológicas y aunar los diferentes enfoques teóricos
y metodológicos. Hace uso, para esto, de todos los medios
posibles, las técnicas de neuroimagen que permiten visualizar
el funcionamiento del cerebro de las personas mientras realizan una
determinada tarea. Esto supuso un gran avance y un salto cualitativo
en este campo. Según este autor, la neurociencia del lenguaje
persigue los mismos objetivos que la Neuropsicología clásica
o la Neurolingüística, pero sus métodos han
cambiado. Los avances tecnológicos supusieron un gran
adelanto. En la primera mitad del siglo XX se estudiaba al paciente
que presentaba trastornos del lenguaje, se analizaba sus alteraciones
y cuando fallecían se estudiaban las zonas del cerebro que
estaban dañadas, así se establecía una relación
entre áreas cerebrales y las funciones lingüísticas.
El advenimiento de las neuroimágenes produce un cambio
importante en la metodología de estudio. Las neuroimágenes
funcionales permiten visualizar, a través de experimentos,
qué zonas del cerebro se activan y qué papel cumplen en
el procesamiento del lenguaje.
La
ciencia cognitiva interpreta los trastornos afásicos con base
en los modelos de procesamiento del lenguaje. Los modelos actuales de
la neuropsicología cognitiva proponen que su misión no
es la de localizar qué zona del cerebro se encuentra dañada,
sino explicar los trastornos que presenta el paciente. Se basan en
modelos de procesamiento desarrollados por la neuropsicología
cognitiva para sujetos normales y explica la conducta en base a estos
modelos. Ellos asumen que los pacientes con afasia usan los mismos
mecanismos que los sujetos sin afasia, menos algunos de estos
mecanismos de procesamiento que se encuentran dañados. El
objetivo, por lo tanto, será averiguar cuál es el
mecanismo dañado, cual está preservado y cómo se
puede recuperar. Según esta teoría el sistema cognitivo
se compone de una serie de módulos que están
interrelacionados unos con otros, pero que funcionan de manera
independiente procesando cada uno un tipo de información, con
una tarea específica (modularidad). Una lesión cerebral
puede alterar el funcionamiento de un módulo y quedar intacto
el resto del sistema. En la Figura 2 {ver figura 2} puede verse un
ejemplo de un esquema de procesamiento de palabra aislada y los
módulos involucrados según la propuesta de la
neuropsicología cognitiva.
Los
módulos están interconectados unos con otros, funcionan
de manera independiente y procesando un tipo de información.
Se distinguen módulos de entrada, vinculados a la percepción,
y módulos de salida vinculados a la acción. A su vez
están conectados con el sistema semántico, que es el
componente central del modelo, es amodular y tiene que ver con la
toma de decisiones, razonamiento y representa la conexión con
todas las asociaciones mentales de una palabra. Es el conocimiento
del significado de algo.
Otro
principio en el que se basa la neuropsicología cognitiva es el
isomorfismo, que supone la base orgánica de los módulos,
es decir que tienen una representación en el cerebro, que las
funciones cognitivas son el resultado del funcionamiento del sistema
nervioso, y que los módulos cognitivos son en realidad grupos
neuronales o circuitos neuronales.
El
tercer supuesto es la fraccionabilidad, que sostiene que la lesión
puede comprometer a un grupo de neuronas de manera particular, sin
que esto afecte a otro grupo, que destruya algún módulo
y otros funcionen normalmente.
El
cuarto supuesto es el de la sustractividad que la conducta patológica
que presenta el paciente con afasia luego de la lesión es el
resultado del funcionamiento del sistema lingüístico
menos los módulos lesionados.
Estos
cuatro supuestos permiten al neuropsicólogo cognitivo contar
con una herramienta importante para estudiar la conducta del paciente
con afasia. La clasificación de las afasias según este
modelo se hace en función del componente del procesamiento
lingüístico que está dañado {ver figura 3}.
El
daño a algunos de los componentes de este modelo producirá
diferentes alteraciones en el lenguaje. Según el déficit
que presente el paciente se sabrá cuál es el módulo
afectado y cual se encuentra preservado. Además, qué
tareas están preservadas y cuales alteradas. El modelo de la
neuropsicología clásica buscaba asociar síntomas
y los agrupaba en síndromes. En la neuropsicología
cognitiva, se busca investigar si los síntomas aparecen de
manera independiente lo que implicaría la intervención
de módulos independientes. Se basa en disociaciones.
Así
se describen diferentes tipos de alteraciones en el procesamiento
verbal de la información: sordera cortical, sordera verbal
pura, sordera para la forma de las palabras, sordera para el
significado de las palabras, agnosia fonológica, disfasia
profunda, agnosia semántica, afasia semántica, anomia,
anomia para fonemas, trastornos del retén fonológicos y
trastornos motores del habla. De manera análoga, si el
análisis se hace teniendo en cuenta el procesamiento visual de
la información se podrán analizar los trastornos en la
lectura y en la escritura. Siguiendo este modelo, se clasifica en
alexia pura, dislexia fonológica, dislexia superficial,
ceguera para el significado de las palabras, dislexia de acceso
semántico, dislexia profunda, disgrafía superficial,
disgrafía fonológica, disgrafía de acceso
semántico, disgrafías periféricas.
Etiologías
de los síntomas de afasia
Las
afasias son síndromes que pueden surgir a partir de diversas
etiologías. Dentro de las más frecuentes en personas
adultas se incluyen los accidentes cerebrovasculares (ACV), las
enfermedades neurodegenerativas y los tumores, entre otras. Aquí
describiremos brevemente estas tres y su relación con el tipo
de afasia.
Afasia
post ACV
Los
ACV son episodios en los cuales se ve interrumpido el flujo sanguíneo
cerebral pudiendo generar muerte neuronal. Si estos episodios afectan
áreas del hemisferio izquierdo, particularmente el territorio
de la arteria cerebral media, esto puede dar lugar a algún
tipo de afasia. Puede observarse cualquiera de los síndromes
arriba mencionados y tener una severidad variable en consonancia con
la severidad de la lesión. Habitualmente se observa un
comienzo brusco de la afasia y suele observarse una mejoría
gradual posterior al evento que acompaña la mejoría a
nivel fisiológico. La recuperación más rápida
se observa en las primeras semanas, pero aún pueden observarse
mejoría en años posteriores (Gerstenecker & Lazar,
2019).
Afasia
debida a enfermedades degenerativas
El
lenguaje puede verse afectado en diversos síndromes
demenciales debidos a enfermedades neurodegenerativas. El principal
es la Afasia Progresiva Primaria (APP). Se trata de un tipo de
demencia que tiene como característica principal la aparición
de síntomas de afectación del lenguaje en las etapas
iniciales de la manifestación clínica de la enfermedad.
Este síntoma debe aparecer relativamente aislado los primeros
dos años y luego se van a sumar otros déficits
cognitivos (Gorno Tempini et al., 2011). Está asociada a una
atrofia de las regiones fronto-temporales del hemisferio izquierdo.
Se han descrito tres variantes: la logopénica, la no
fluente/agramatical y la semántica. La APPvl se caracteriza
por dificultades en la repetición de frases y alteraciones en
la recuperación de palabras en el habla espontánea y en
la denominación. Estos pacientes suelen presentar un perfil de
errores con presencia de parafasias fonológicas. En la APPvs
el déficit predominante es en la comprensión de
palabras y las fallas en la denominación. Tienen alterado el
conocimiento de objetos y suelen presentar alexia y agrafia de
superficie. Por su parte la APPvnf presenta numerosos errores
gramaticales en la producción de oraciones y distorsiones y
dificultades en el habla, con un habla trabajosa.
Además
de la APP, el lenguaje también puede verse afectado en otras
demencias donde no es el síntoma predominante como la
Degeneración Corticobasal, la Parálisis Supranuclear
Progresiva, la demencia tipo Alzheimer, demencia por Parkinson,
Demencia por Cuerpos de Lewy, variante conductual de la demencia
fronto temporal y atrofia cortical posterior (Suárez González
et al., 2021).
Afasia
debida a tumores cerebrales
Los
tumores cerebrales tienen formas diversas de presentación.
Aquellos extraaxiales, que comprimen el tejido nervioso dando
síntomas, y los intraaxiales dentro del tejido nervioso como
pueden ser las metástasis o los tumores primitivos. Los que se
ubican en el hemisferio izquierdo pueden dar síntomas
lingüísticos si están ubicados en un área
correspondiente al procesamiento del lenguaje. La afasia puede
sobrevenir por compresión, daño del tejido o por edema
o hemorragia del tumor. Los síntomas pueden retrotraerse
luego de la cirugía parcial o totalmente según la
extensión del tumor y del daño quirúrgico y por
diferentes mecanismos fisiopatológicos.
Evaluación
La
evaluación del lenguaje se realiza en consonancia con el
modelo teórico en el que se posiciona el/la profesional. Por
ejemplo, desde el enfoque sindrómico de la afasia se buscará
valorar principalmente la denominación, repetición y
comprensión para poder establecer la clasificación,
mientras que desde los modelos de neuropsicología cognitiva se
podrían sumar tareas específicas para valorar cada
componente, como la repetición de palabras, para evaluar si
está preservada la ruta superficial, o la lectura de palabras
irregulares, para evaluar la ruta léxica. La evaluación
debe incluir tanto al dominio oral como al escrito porque pueden
verse afectados de manera independiente (sobre todo desde la
perspectiva de los modelos cognitivos). Es importante considerar el
curso de la afasia de acuerdo a su etiología, ya que en la
afasia post ACV habitualmente iremos observando mejoría en los
primeros meses posteriores al evento, mientras que en la APP veremos
una progresión en sentido inverso, observando mayor deterioro
a medida que transcurren los años.
Es
importante considerar que algunas pruebas de lenguaje involucran a
otros procesos cognitivos, como la fluidez verbal (i.e. solicitar que
la persona diga todos los animales que recuerden en un minuto), del
mismo modo que las alteraciones del lenguaje pueden impactar en
pruebas que pretenden medir otras funciones (e.j. pruebas de memoria
verbal). En este sentido, se requiere de un conjunto de pruebas que
permitan identificar y delimitar el alcance del déficit.
Otro
elemento importante a tener en cuenta al momento de interpretar los
resultados de las pruebas de evaluación del lenguaje son los
tipos de errores cometidos, ya que los mismos pueden ofrecer valiosa
información para comprender el mecanismo de funcionamiento
cognitivo y el tipo de componente afectado. Por ejemplo, si
observamos que la persona comete errores semánticos en una
tarea de denominación (e.j. decir "pato" en vez de
"gallina") sabemos que el defecto justamente puede estar
en el nivel semántico; mientras que si observamos
sustituciones de fonemas (e.j. dice "ganina" en vez de
"gallina") sabemos que estará afectado el
componente que se ocupa de la selección de los fonemas en la
producción oral.
Rehabilitación
En
función de la evaluación realizada se confeccionará
un programa de rehabilitación del lenguaje, el cual puede
estar inserto en un programa más amplio de rehabilitación
neuropsicológica si estuvieran afectadas otras funciones o se
requiriera la intervención en otras esferas de la vida diaria.
Las intervenciones a seleccionar dependen del componente afectado y
estarán guiadas por el modelo teórico al que adhiera
el/la profesional. Las intervenciones conductuales (no
farmacológicas) pueden clasificarse en aquellas que se enfocan
sobre el déficit del lenguaje y el habla y las que lo hacen
sobre la capacidad de comunicación de la persona. Hay
evidencia diversa sobre las distintas intervenciones, muchas de las
cuales demuestran su efectividad, pero en varios estudios se
observaron dificultades en generalizar los resultados más allá
de los ítems entrenados (Georgious & Kambanaros, 2023).
También se ha incorporado desde hace unos años el uso
de la tecnología como herramienta complementaria para las
tareas de intervención mostrando efectos beneficiosos
(Fridriksson & Hillis, 2021; Palmer et al., 2019).
A
su vez, se está sumando evidencia reciente a favor de métodos
de estimulación cerebral no invasivos (como la estimulación
magnética transcraneal y la estimulación transcraneal
con corriente continua) en el tratamiento de la afasia, tanto post
ACV (Ehsaan et al., 2022; Ntasiopoulou et al., 2022; Shah-Basak et
al., 2023) como en APP (Cotelli et al., 2019). Estas técnicas
parecieran promover la neuroplasticidad y han mostrado tener mayor
efectividad cuando se combinan con las intervenciones conductuales.
Cuando
no es posible mejorar los déficits del lenguaje y del habla se
puede recurrir al uso de herramientas de Comunicación
Alternativa y Aumentativa (CAA) que le permiten a la persona
establecer una comunicación por medio de imágenes
(dibujos que representan objetos o acciones), palabras escritas o
sintetizadores de voz. La misma puede ser en papel (cartillas de
dibujos o palabras) o mediante el uso de aplicaciones.
Pronóstico
En
cuanto al pronóstico en la recuperación de la afasia,
podría mencionarse algunos factores que favorecen al sujeto.
La etiología es un factor importante; si el sujeto sufrió
un traumatismo encéfalocraneano (TEC) probablemente tenga
mejor recuperación que un paciente que sufrió un
accidente cerebrovascular (ACV). Además, los pacientes con TEC
generalmente tienen una edad menor que los pacientes con eventos
vasculares y éste es un factor importante en el pronóstico.
De los pacientes con ACV, en general tendrán mejor evolución
los pacientes con ACV hemorrágico que los que padecen un ACV
isquémico.
En
cuanto a los tumores, la afasia seguirá la evolución
del proceso de base, especialmente en aquellos que presentan alto
grado de malignidad.
En
este capítulo intentamos hacer una revisión de uno de
los modelos de la neuropsicología clásica y otro de la
neuropsicología cognitiva. Si bien son diferentes, puede
elegirse uno o el otro al momento de intervenir con un paciente con
afasia. El modelo teórico elegido permitirá planificar
la evaluación y tratamiento. También conocer la
etiología de la afasia, si es de causa focal o
neurodegenerativa. Es importante el momento de evolución del
paciente al seleccionar el modelo teórico. Si conocemos al
paciente internado, en el período agudo con un cuadro que
puede modificarse rápido por desaparición de la causa o
por otros factores fisiopatológicos se podría
seleccionar el modelo clásico; o si ya presenta una secuela
crónica con un cuadro asentado con menores perspectivas de
movilidad, podría seleccionarse un modelo cognitivo para hacer
énfasis en la alteración que presenta el paciente.
Referencias
Ardila,
A. (2006). Orígenes del lenguaje: un análisis desde la
perspectiva de las afasias. Revista
de Neurología, 43(11),
690-698.
Basso,
A. (2010). La
afasia: conocer para rehabilitar. Editorial
Akadia.
Berthier,
M., García Casares, M., & Dávila, G. (2011).
Apraxia y trastornos del habla. Medicine
10(74),
5035-41.
Broca,
P. (1861). Rémarques sur le siége de la faculté
du langage articulé, suivis d'une observation d'aphemie
(perte de la parole). Bulletins
de la Societé Anatomique de Paris, 36,
330- 357.
Cotelli,
M., Manenti, R., Ferrari, C., Gobbi, E., Macis, A., & Cappa, S.
F. (2020). Effectiveness
of language training and non-invasive brain stimulation on oral and
written naming performance in Primary Progressive Aphasia: A
meta-analysis and systematic review. Neuroscience
& Biobehavioral Reviews,
108,
498-525.
Cuetos
Vega, F. (1998). Evaluación
y Rehabilitación de la afasia. Aproximación cognitiva.
Editorial
Médica Panamericana.
Cuetos
Vega, F. (2012).
Neurociencias del lenguaje. Bases neurológicas e implicaciones
clínicas.
Editorial
Médica Panamericana.
Ehsaan,
F., Mumtaz, N., & Saqulain, G. (2022). Novel therapeutic
techniques for post stroke aphasia: A narrative review. JPMA.
The Journal of the Pakistan Medical Association,
72(1),
121-125.
Fridriksson,
J., & Hillis, A. E. (2021). Current approaches to the treatment
of post-stroke aphasia. Journal
of Stroke,
23(2),
183.
Fontana,
H. J. (2019) El Pensamiento
sobre el Lenguaje y la Afasia entre mediados del Siglo XIX y
Principios del Siglo XX Resumen
y comentarios en español de las obras de los principales
autores en ese período. Revista
de Neuropsicología Neuropsiquiatría y Neurociencias, 19
(1),
Enero-Junio.
González
Lazaro, P. & González Ortuño, B. (2011) Afasias,
de la teoría a la práctica.
Editorial Médica Panamericana.
González,
V. R. & Hornauer- Hughes, A. (2014). Afasia, una perspectiva
clínica. Revista
Hospital Clínico Universidad de Chile, 25,
291-308.
Gerstenecker,
A., & Lazar, R. M. (2019). Language
recovery following stroke. The
Clinical Neuropsychologist,
33(5),
928-947.
Georgiou,
A. M., & Kambanaros, M. (2023). Therapies and Challenges in the
Post-Stroke Aphasia Rehabilitation Arena: Current and Future
Prospects. Medicina,
59(9),
1674.
Geschwind,
N. (1974) Selected
Papers on Language and the Brain.
Kluwer Academy Publishers.
Gorno-Tempini,
M. L., Hillis, A. E., Weintraub, S., Kertesz, A., Mendez, M., Cappa,
S. F., ... & Grossman, M. (2011). Classification of primary
progressive aphasia and its variants. Neurology,
76(11),
1006-1014.
Ntasiopoulou,
C., Nasios, G., Messinis, L., Nousia, A., Siokas, V., &
Dardiotis, E. (2023). Repetitive Transcranial Magnetic Stimulation in
Post-stroke Aphasia: Comparative Evaluation of Inhibitory and
Excitatory Therapeutic Protocols: Narrative Review. En: Vlamos, P.
(Eds). GeNeDis
2022.
Advances in Experimental Medicine and Biology,
vol 1425. Springer, Cham.
https://doi.org/10.1007/978-3-031-31986-0_60
Palmer,
R., Dimairo, M., Cooper, C., Enderby, P., Brady, M., Bowen, A., ... &
Chater, T. (2019). Self-managed, computerised speech and language
therapy for patients with chronic aphasia post-stroke compared with
usual care or attention control (Big CACTUS): a multicentre,
single-blinded, randomised controlled trial. The
Lancet Neurology,
18(9),
821-833.
Sanchez
Cubillo, I. & Galparsoro Izaguirre, N. (2009). Estimulación
Cognitiva y Rehabilitación Neuropsicológica del
lenguaje. En: E. Muñoz Marrón (comp.) Estimulación
cognitiva y rehabilitación neuropsicológica.
Editorial
UOC.
Shah-Basak,
P., Boukrina, O., Li, X. R., Jebahi, F., & Kielar, A. (2023).
Targeted
neurorehabilitation strategies in post-stroke aphasia. Restorative
Neurology and Neuroscience,
(Preprint), 1-64.
Suárez‐González,
A., Cassani, A., Gopalan, R., Stott, J., & Savage, S. (2021).
When
it is not primary progressive aphasia: a scoping review of spoken
language impairment in other neurodegenerative dementias. Alzheimer's
& Dementia: Translational Research & Clinical Interventions,
7(1),
e12205.